Los gurús de la informática se reúnen
esta semana en Madrid para analizar el futuro de la Red
Alberto de las Fuentes
Gurús y medios de comunicación de todo el mundo anuncian que
Internet va a cambiar nuestras vidas. Y es verdad: lo está haciendo ya.
La revolución en marcha con la convergencia de las telecomunicaciones y
la informática es imparable y viene a toda velocidad, nos guste o no.
Para comprobarlo basta con un par de datos: en España hay ya más
de 600.000 cibernautas navegando por la Red; y según la compañía
telefónica norteamericana MCI, Internet está creciendo a un ritmo
totalmente vertiginoso, con unos porcentajes que se acercan al 30% mensual. Este
crecimiento explosivo tendrá, sin duda, poderosos efectos en la economía
y en el trabajo, tanto positivos como negativos. Y afectarán al conjunto
de nuestra sociedad, incluso a quienes no estén conectados. Aunque no
resulta fácil hacer previsiones sí es posible extraer
conclusiones. Internet se va a convertir en un instrumento habitual y hasta
necesario en las sociedades modernas. De hecho, a través de la Red se
efectúan ya diariamente miles de transacciones comerciales y millones de
consultas.
El II Congreso Nacional de Usuarios de Internet e Infovía,
que se celebrará entre el 4 y el 6 de febrero en Madrid, servirá
de escenario para dar a conocer los últimos avances y las expectativas de
crecimiento que albergan los especialistas. Este congreso contará, por
ejemplo, con la asistencia de Bill Gates, presidente de Microsoft, y de primeras
figuras de IBM y Lotus. Además, acudirán representantes de las
empresas españolas presentes en la Red, entre ellas Unidad Editorial,
editora de EL MUNDO. Los 2.000 afortunados que, previo pago de 60.000 pesetas,
participen en el congreso podrán conocer el futuro que les espera a los
medios de comunicación en Internet; por qué 1997 será el año
de la banca en la Red; hacia dónde caminan el telecomercio, la teleenseñanza
o la telemedicina; o cuáles son los cambios sociales, jurídicos o
laborales que está provocando Internet. A continuación se analizan
pormenorizadamente algunos de los fenómenos que pueden cambiar para
siempre nuestra forma de trabajar y de convivir.
Política
En las últimas elecciones norteamericanas, prácticamente
todos los congresistas y senadores contaban con páginas en Internet a
favor y en contra. Y no digamos nada de los dos principales candidatos, Clinton
y Dole, sobre los que se llenaron cientos y cientos de páginas.
Generalmente, los cibernautas son ciudadanos más 'enterados', más
concienciados de sus derechos y a la vez, más dispuestos a defenderlos.
Es relativamente fácil montar una campaña y que oigan tu voz a
través de Internet. Se suele comparar este efecto con la libertad que
produjo en el transporte la aparición de los automóviles frente a
la época en que sólo existían los ferrocarriles. El
siguiente paso será votar por ordenador. En Estados Unidos y Suiza, por
ejemplo, ya se está estudiando esta posibilidad. Probablemente no
desaparecerán los colegios electorales con las tradicionales cabinas,
pero cada uno podrá elegir el sistema que prefiera. Democracia directa al
alcance de su ordenador.
Teleadministración.
Y no sólo se podrá votar: un buen número de
ayuntamientos están ya en Internet, desde el de Castro Urdiales hasta el
de Madrid. De momento su utilidad es relativamente escasa; apenas alguna
información turística o institucional. Pero ya se está
desarrollando un nuevo concepto: el de teleadministración. En el futuro,
conseguir un piso de protección oficial, pagar las multas o matricular a
los niños en el colegio, podrá hacerse a través de
Internet. La tramitación de documentos en papel tenderá a
desaparecer. En Barcelona ya se están desarrollando todo tipo de
servicios municipales en la Red, dirigidos en principio a las empresas. Para los
particulares tardará un poquito más ya que se busca la forma de
resolver el problema de la 'autentificación' (cómo comprobar que
quien reclama una multa o solicita un piso municipal es efectivamente quien dice
ser).
Economía
¿Se imagina poder comprar cualquier cosa a través de Internet
(un libro, flores, un billete de avión) y recibirlo cómodamente en
casa? Pues hoy en día ya es posible: más de 2 millones de
norteamericanos hacen sus compras en la Red. Y en España, El Corte Inglés,
Alcampo, la Teletienda de Antena 3, Telefónica y otros cuentan ya con
'supermercados virtuales' para la venta de todo tipo de productos, desde libros
hasta compact-discs. Prácticamente todos los bancos de nuestro país
(y muchos otros extranjeros) preparan el lanzamiento de sus productos
financieros en la Red. Muy pronto podremos pagar nuestras facturas, consultar
saldos, hacer transferencias o solicitar un crédito a través de
Internet. Incluso, en un futuro, podremos obtener dinero, 'recargando' nuestras
tarjetas 'inteligentes', provistas de un chip.
Competencia.
Pero Internet también puede tener efectos negativos. Entre los más
graves, es un serio peligro para muchas empresas tradicionales (y para sus
empleados). Una empresa en Internet no paga alquileres, ni luz, ni impuestos, ni
necesita apenas empleados, lo que le puede permitir vender a precios más
bajos. Además, en la Red no hay fronteras y cualquier empresa o banco
español puede encontrarse con la competencia de otro canadiense o
coreano. Todo esto traerá una lucha feroz: muchas empresas ni siquiera
saben el número de competidores que pueden llegar a tener (y por poco más
de 500.000 pesetas, cualquiera puede poner un comercio en la Red). En poco
tiempo, sectores enteros de la economía se verán afectados e
incluso puede que desaparezcan. Entre los que corren mayor peligro se encuentran
las agencias de viajes, las editoriales (incluidos los periódicos) y las
tiendas de discos, entre otros. Al mismo tiempo que unos sectores se ven
amenazados, otros completamente nuevos están apareciendo (proveedores de
servicio, consultorías...). De hecho, las autopistas de la información
pueden tener un efecto económico global muy positivo: el fenómeno
Internet ha sido uno de los estímulos principales para la recuperación
económica de Estados Unidos, que está alcanzando máximos
históricos.
Cultura
Miles de libros, incluyendo numerosos clásicos españoles, están
disponibles ya en Internet totalmente gratis. Solamente hay que cargarlos e
imprimirlos. Cualquier estudiante español (o nigeriano, o filipino) puede
consultar los fondos documentales de las mejores bibliotecas norteamericanas y
aprovechar investigaciones de las mejores universidades. Todo esto tiene un
gigantesco efecto multiplicador sobre la ciencia y la cultura de los países:
lo que antes sólo estaba disponible para unos pocos privilegiados está
hoy al alcance de cualquier estudiante.
Educación.
Ya existen en nuestro país universidades que imparten sus clases a
través de Internet (la Universitat Oberta de Barcelona). Y, muy pronto,
la división entre 'vida de estudiante' y 'vida de trabajador' no tendrá
sentido: la gente se formará a lo largo de toda su vida. Habrá
cursos de idiomas, de gestión de empresas, de cocina, y de casi cualquier
cosa imaginable y en muchos casos se aprenderá en el mismo lugar de
trabajo.
Arte.
A través de la Red se pueden realizar obras de teatro interactivo. Y
cada vez aparecen más obras de arte multimedia, pensadas directamente
para existir en soporte informático. El nuevo manifiesto podría
ser 'cada ordenador un museo y cada ciudadano un artista'. Sin llevar las cosas
demasiado lejos, ya hoy podemos visitar desde nuestra pantalla los mejores
museos del mundo.
Trabajo
Si Internet va a tener un fuerte efecto en la economía, aún
lo tendrá mayor en el mercado laboral. El teletrabajo va a modificar
profundamente las relaciones de muchos empleados con sus empresas, especialmente
en las profesiones liberales (traductores, abogados, diseñadores...) Una
tercera parte de la plantilla de IBM en España (unas 1.000 personas) son
ya teletrabajadores. Y la tendencia es a que aumente. Las ventajas son
numerosas: las empresas economizan en gastos de oficina y comidas mientras los
trabajadores ahorran tiempo y dinero en transporte y aumentan su productividad y
su nivel de satisfacción. Incluso, las ciudades estarán menos
congestionadas por el tráfico: según un estudio de una empresa
británica los teletrabajadores utilizan el coche un 80% menos de media
frente a los trabajadores tradicionales. Entre los más beneficiados por
el teletrabajo estarán todas aquellas personas que no pueden alejarse
mucho de casa (porque tienen que cuidar niños, o por padecer algún
tipo de incapacidad física) y quienes viven en zonas muy alejadas de los
centros urbanos.
¿Mejor pagados?.
Además ,vienen en camino nuevas profesiones: en Estados Unidos, las
empresas pelean unas con otras por conseguir gente 'experta' en Internet. Y en
España empieza a ocurrir algo parecido. Los más solicitados con
diferencia son los programadores con experiencia. Para los jóvenes que se
planteen ahora qué carrera estudiar, en la informática sigue
habiendo un campo con enormes posibilidades. Y los futuros médicos o
arquitectos o abogados que aprendan a utilizar con soltura las nuevas
herramientas tecnológicas, encontrarán muchas más puertas
abiertas.
Información
En Internet existe una oferta informativa prácticamente ilimitada:
uno puede visitar las páginas de noticias del New York Times, de la CNN,
de EL MUNDO o de El Adelantado de Segovia. Hoy ya son varios miles los medios de
comunicación que publican diariamente sus noticias en la Red. Y prácticamente
todos son gratuitos. La tendencia es a recibir la información cada vez más
personalizada, adaptada a nuestros gustos y necesidades.
Publicidad.
Pero el ciberespacio también tiene grandes posibilidades como medio
publicitario: su mayor ventaja es que permite auténtica interactividad.
En el futuro, cuando uno se encuentre el anuncio de un coche, podrá
visitar su interior, ver y oír su motor al cambiar las marchas, comprobar
su aceleración y visitar el lugar donde se fabrica. Si le convence, podrá
comprarlo, elegir el color y los extras, e incluso obtener un crédito
para financiarlo. Ya hoy en día, a nivel mundial, el crecimiento del
dinero invertido en publicidad en Internet es impresionante (entre el 80 y el
90% cada tres meses).
Otros
Si vive usted en una zona rural, o su equipo médico no termina de
acertar con el tratamiento para sus dolencias, Internet puede serle de gran
ayuda. La telemedicina está más avanzada de lo que muchos creen y
supondrá un gigantesco paso adelante. Se podrá conocer cuándo
hay un órgano transplantable en cualquier lugar del mundo, realizar diagnósticos,
solicitar consejo de otros especialistas e incluso operar, todo ello a
distancia. La tecnología ya existe y sólo es cuestión de
tiempo que se implante.
Realidad virtual.
Ya han aparecido los primeros mundos virtuales en Internet, en tres
dimensiones. Manejando el ratón del ordenador, el usuario se desplaza por
ellos, de forma muy similar a como nos movemos por el mundo real. Esto abre
infinitas posibilidades para, por ejemplo, adiestrar al personal de una central
nuclear, para crear juegos y para la arquitectura. Podremos incluso crear
nuestros propios mundos, por ejemplo el salón de nuestra casa, y
sentarnos a charlar con un amigo, en tiempo real. Ligar por Internet será
una alternativa.
Psicología.
Vivir en un mundo donde podemos obtener toda la información que
queramos, donde podemos comunicarnos sin que nos vean, donde podemos ser el
personaje virtual que nos dé la gana y comportarnos como tal, plantea
algunos problemas psicológicos y sociológicos. Ya se han dado
casos de 'adictos' que están 'enganchados' a Internet. Y es fácil
pensar que en el futuro habrá más problemas de aislamiento: habrá
gente que se sentirá más cómoda en su universo virtual que
en el mundo real.
Pobres y ricos.
Internet puede ser una herramienta para el desarrollo de un valor
inestimable, ya que permite el acceso inmediato a prácticamente toda la
cultura y la ciencia universales. Esto puede contribuir a reducir las
desigualdades que hoy se dan entre primer y tercer mundo, entre ricos y
pobres... y a la vez contribuir a crear otras nuevas desigualdades. Por muchos
avances que haya, el número de ordenadores en Zaire o Haití será
muy inferior al de los países industrializados. En nuestras mismas
sociedades, amplias capas de la población se pueden quedar fuera de la
revolución informática. Y se hablará de ricos y pobres en
información. Incluso la guerra será diferente en el futuro. Y uno
de los principales peligros serán los cibercriminales. En nuestro país,
la Guardia Civil ya ha creado una unidad dedicada a perseguir los delitos
cometidos en la Red.