Es ampliamente conocido que la Comunidad Valenciana es líder en las
exportaciones con unas tasas de cobertura que envidian otras Comunidades Autónomas
españolas y, evidentemente, muchos países del resto del mundo.
Pero,
si bien es cierto que somos líderes en las exportaciones, alguna vez
hemos de pensar en que esta situación debe, por una parte, consolidarse
lo que puede parecer que se ha conseguido y, por otro lado, crecer adecuadamente
a lo largo de los años, lo que hay opiniones encontradas al respecto.
No
hace mucho se oían voces hablando de nuestra importancia como Comunidad
exportadora y, casi simultáneamente, otras diciendo que estamos perdiendo
nuestra importancia, como Comunidad exportadora, dentro de la participación
en el comercio exterior español, derivado de que nuestro peso porcentual
ha disminuido en los últimos años.
No considero oportuno
ni adecuado terciar en estos planteamientos, puesto que mi idea ha sido, es y
será, defender la importancia del Comercio Exterior, con mayúsculas,
sin tener más finalidad en mis opiniones y comentarios que buscar o
tratar de aportar planteamientos que puedan apoyar a incrementar nuestra
participación en el mismo.
Y es, dentro de esa línea, en
la que considero que hemos de pararnos un poco a analizar aquellas partidas que
más significativamente aportan datos del Comercio Exterior de nuestra
Comunidad y, a la vista de las cifras, aunque todos los números tengan
dos lecturas diferentes, las positivas y las negativas y que el tiempo se
encarga de demostrar cuál es la lectura adecuada, es en esa dirección,
en la que creo deberíamos, más bien nuestras Autoridades deberían,
mentalizarse que, está bien apoyar y fomentar las exportaciones, que está
bien, ayudar a las empresas que realizan exportaciones, está bien,
promocionar nuestra Comunidad en los mercados internacionales para incrementar
nuestras ventas al exterior y nuestros productos en los mismos, pero, ¿acaso
no deberíamos pararnos un poco a pensar cómo, de qué forma,
con qué componentes, qué materias primas, y, en qué parte o
porcentaje, dependemos para esas exportaciones de otros productos que, en
algunos casos, no tenemos disponibles en nuestra Comunidad, ni siquiera en
nuestro país?.
Ya en otras ocasiones, he defendido la idea de
crear un Ente, llámese Instituto, Oficina, Fundación, Centro, o
como quiera que se le denomine, pero que tenga como apellidos el de Fomento de
las Importaciones Valencianas.
Sé que defender, tan sólo
exponer o apoyar, esta idea puede ser muy problemático, si sólo se
contempla el enunciado de la misma, esto es, la defensa de las Importaciones,
pero estoy convencido de que en cuanto analicemos, aunque sea someramente,
algunas de las razones por las que expongo este planteamiento, se disiparán
todas las dudas que, al respecto puedan existir.
Veamos, las partidas
que componen nuestros productos exportados, para darnos cuenta que, en primer
lugar se encuentran las Frutas comestibles, que, según datos de 1993,
aportaban el 17.62% sobre el total de las exportaciones valencianas, seguidas de
vehículos, que suponía el 14.73% (no hace falta señalar con
el dedo la empresa que efectúa estas exportaciones), este apartado está
seguido de el capítulo 84 (maquinas), con un 11.44% del total, y a
continuación, sectores de clara y honda raigambre en nuestra Comunidad,
como el sector del Calzado que ocupa el cuarto lugar con un 10.89%, el de los
Productos Cerámicos con un 10.33%, para, a continuación y a una
relativamente gran distancia, encontrarnos con sectores como los muebles, con un
3.53%, las legumbres y hortalizas con un 3.22%, los pigmentos y colorantes con
un 1.76%, los juguetes con el 1.75% y los Textiles con el 1.45%; estos 10
primeros capítulos suponen el 76.70% del total de las exportaciones
valencianas.
Pero, tratemos de analizar estos capítulos y juntémoslos
con los correspondientes a los diez primeros productos importados por nuestra
Comunidad . Nos damos cuenta de que el capítulo de Vehículos, es
también el que más ha supuesto en el total de importaciones, con
un 18.43% (aunque presenta un saldo positivo), le sigue el de máquinas
mecánicas, (también son un saldo positivo) para saltar ya a
apartados como el combustible con un 7.92%, el material eléctrico, con un
4.38%, los pescados con un 3.12%, la fundición, con un 2.99% la madera
con el 2.98%, los materiales plásticos con un 2.81%, las pieles con un
2.80% y las semillas con un 2.05%.
Las referencias cruzadas (1), (2),
(3) y (4) las he establecido considerando que las importaciones son necesarias
para la producción de las exportaciones, si bien, es evidente que existen
muchos más componentes que deben importarse y que inciden,
considerablemente, en las exportaciones de nuestra Comunidad, así como
que no todas las importaciones son imputables a las exportaciones.
Reconozco
que éste no es un planteamiento muy académico si tuviéramos
que llegar a conclusiones definitivas pero, teniendo en cuenta la limitación
espacial de este artículo, sí creo que es una muestra evidente que
las importaciones tienen una clara y directa relación con las
exportaciones de algunos de nuestros productos clave, y que, podríamos
tener problemas para mantener nuestra imagen de Comunidad exportadora, si en un
momento determinado, las importaciones de algunos productos no pudieran
realizarse o su precio se encareciese considerablemente.
Es por ello
que, insisto, creo que ha llegado el momento de plantearnos la importancia de,
si no exactamente promocionar las importaciones, sí, al menos, conocer,
apoyar, e informar a las empresas que necesiten productos que no son obtenibles
en nuestro País, esto es, productos de importación, para
incorporar a sus productos finales, a fin de mejorar la competitividad
empresarial.
Como he dicho anteriormente, en diversas ocasiones, he
defendido esta idea, y siempre he encontrado una rotunda y fuerte oposición
por parte de las personas con las que mantenía este planteamiento, pero
creo que si efectuamos una revisión de lo expuesto, y comprobamos que ya
en otros países se nos han adelantado y tienen estas Oficinas de Fomento
de las Importaciones, creo que, repito, ha llegado el momento de reconsiderar
planteamientos anteriores y avanzar, con el siglo, hacia nuevas fórmulas
o modos de entender el apoyo a la Internacionalización.
Finalmente,
quiero señalar, que para mis planteamientos he incluido dentro de la
posibilidad de fomento de las importaciones, lo que se da ahora en hablar como
Comercio de Compensación, algo que siempre ha existido, no quiero
remontarme a la época el Trueque, modernamente conocido como Barter, pero
que eran operaciones hasta hace poco prácticamente reservadas a empresas
multinacionales o participadas o vinculadas por el gobierno o grandes grupos
industriales o financieros.
Creo que esta modalidad, con la nueva
liberalización de los últimos años, ha de ser aprovechada
por todo el entramado empresarial valenciano para poder intervenir más
directamente en este tipo de operaciones que, a no dudar, permitirá una
nueva vía de acceso a los mercados internacionales de nuestros productos.
En
definitiva, creo que ya es hora de que seamos conscientes de que, como decía
en el título de este artículo, Importa Importar, especialmente,
para poder Exportar.
(*) Economista Especialista en Comercio
Internacional. Colegio de Economistas de Valencia (COEV) Articulo cedido
a TeleWork Spain para su difusión