COMO REDUCIR LOS COSTES FINANCIEROS EN OPERACIONES DE
COMERCIO EXTERIOR
(*) Amparo García Sánchez
Cada vez son más empresas las que se deciden a adentrarse en el
mundo del comercio exterior, buscando la comercialización de sus
productos fuera del territorio español. Buscar nuevos mercados,
aprovechar ciertas oportunidades o carencias que puedan cubrir... Pero el
mercado exterior puede plantear problemas a aquellos que intentan introducirse
en él sin tener en cuenta ciertas dificultades, que van desde las
puramente lingüísticas o culturales, a los riesgos en el tipo de
cambio, pasando por la existencia de posibles problemas políticos que
dificulten el comercio exterior con un determinado país.
En la
Jornada organizada por la Escuela de Economía del COEV, se abordó
el tema de cómo reducir los costes financieros en los que incurre
necesariamente una empresa a la hora de realizar operaciones comerciales en el
mercado exterior, tales costes pueden marcar la diferencia entre la
comercialización rentable, o la pérdida del margen de beneficio
existente. La Jornada fue impartida por Alberto Badía y Francisco Andrés,
director y consultor, respectivamente, del departamento financiero internacional
de AUDIHISPANA.
A partir del 1 de febrero de 1992, se procedió a
la liberación de los movimientos de capitales de España con el
exterior. Este proceso liberalizador vino marcado por la adaptación española
a la directiva comunitaria 88/361, pero fue más allá, ya que no se
limitó al ámbito comunitario. A partir de ese momento se
liberalizan los actos, negociaciones, transacciones y operaciones entre
residentes y no residentes que den lugar a pagos y cobros entre los mismos. Esto
conduce a un gran número de ventajas económicas y financieras, se
pueden abrir cuentas en divisas, obtener préstamos financieros con el
exterior, contratar instrumentos de cobertura (seguros de cambio, opciones,
futuros) y operaciones de compensación o netting.
En el mercado
de divisas nos encontramos con: operaciones al contado y las operaciones a
plazo. Hay diversas formas de participar o de llevar a cabo operaciones con no
residentes, por lo que a continuación empezaremos analizando el tipo de
operaciones, la financiación de las operaciones y por último
veremos los medios de pago con los que cuentan las empresas para llevar a cabo
tales operaciones.
OPERACIONES AL CONTADO (SPOT)
Se refieren a las operaciones cuya realización no excede de dos días
hábiles. Las entidades financieras cierran el "fixing" de sus
operaciones entre las 12'30 y las 14 horas, y a todas las operaciones en las que
no se ha negociado directamente el tipo de cambio de la operación, la
entidad les aplicará el cambio compras/ventas del día. Pero existe
la posibilidad de negociar con la entidad, y de conocer de antemano el tipo a
aplicar. Caso de no existir dicha financiación, el banco aplicará
unos diferenciales, los cuales suelen estar entre 1,5% y el 4%.
OPERACIONES A PLAZO
Aquí nos aparece el riesgo del tipo de cambio que no teníamos
en las operaciones al contado. Desde la contratación del negocio hasta el
cobro o pago, puede haber una fluctuación positiva o negativa para
nuestros intereses del tipo de cambio; por lo que la empresa tendrá que
realizar un estudio, determinando el riesgo que puede correr, y examinando las
diferentes técnicas de cobertura para estar preparados ante el posible
riesgo.
El seguro de cambio, es una de las posibles técnicas de
cobertura, tanto para operaciones comerciales como para las financieras. Las
operaciones de compraventa de divisas deben canalizarse a través de
entidades registradas en el Banco de España, y dichas divisas deben estar
admitidas a cotización en el mercado de divisas.
La diferencia
entre las operaciones a plazo y al contado de dos monedas, está
relacionada directamente con los diferenciales de los tipos de interés
entre ambas monedas. Una vez fijado el tipo de cambio, lo tendremos asegurado
hasta el día del vencimiento, en el que independientemente de cómo
esté el tipo de cambio, se procederá a la compra o venta de las
divisas al tipo de cambio que se pactó. En el caso de incumplimiento por
parte del titular del contrato, el banco procederá a liquidarlo al cambio
establecido y simultáneamente a la compra o venta en el mercado de
contado, abonando o cargando a su cliente los beneficios o pérdidas.
Las
opciones en divisas son otra forma de cobertura que se caracterizan por el pago
de una prima. Se puede comprar una opción de compra (call) o una de
venta (put), y/o se puede vender una opción de compra (call) o una de
venta (put). Llegado el vencimiento con una opción de compra, podremos
ejercerla a un precio que se determinó al comprarla y pagar la prima, o
podremos no ejercer la opción si el precio en el mercado en el momento de
ejercerla es inferior al de la opción, teniendo en cuenta el coste de la
prima. Para eliminar el coste de la prima están las opciones "cilindro"
o "túnel", y las "forward" con rango. En las primeras
se elimina o se reduce el precio pagado por la adquisición de una opción,
mediante la venta de otra opción, de distinta clase del mismo banco y por
la misma cantidad e idéntico vencimiento, aunque con diferente precio de
ejercicio. Así se reduce o elimina la prima (precio de la opción),
aunque se renuncia al potencial de beneficios si los tipos se mueven a su favor.
Respecto a las opciones "forward" con rango, se trata de una variante
de las anteriores que especifica dos límites, uno inferior y otro
superior, dentro de cuyo intervalo se puede beneficiar de un movimiento del tipo
de cambio, estando cubierto ante un descenso del mismo.
Los seguros
participativos, son una estrategia de cobertura del riesgo de cambio, que
permite participar en el beneficio derivado de una evolución positiva de
la divisa, aunque garantizando un tope de cambio máximo o mínimo,
dependiendo del tipo de operación de la que se trate. Se combina la
compra de una opción y la venta de otra de signo contrario, con idéntico
precio de ejercicio, de tal forma que las primas cobradas y pagadas sean
iguales, estableciéndose de ese modo el porcentaje o grado de participación
en el beneficio derivado de una posible evolución favorable de la divisa.
FINANCIACION DE LAS IMPORTACIONES
Se podrán instrumentar en líneas de financiación de
comercio exterior, que permitirán al importador demorar el pago de sus
compras. Con la financiación bancaria se puede obtener una disminución
en el precio por parte del proveedor por "pronto pago", que supere el
coste de la financiación, sustituyendo la financiación del
proveedor por la bancaria. Hay que tener en cuenta la divisa de financiación,
porque así como con una financiación en pesetas no tenemos riesgo
de tipo de cambio, en cualquier otra divisa lo tendremos.
Habitualmente, estas operaciones se instrumentan a partir de una Póliza
de Crédito de Operaciones de Comercio Exterior, que cubriría
operaciones, tanto de exportación como de importación, o a partir
de una Póliza de Circulante a la empresa, para que ésta disponga
según sus necesidades, y en compensación, la empresa entregará
al banco su negocio de importación.
FINANCIACION DE LAS EXPORTACIONES
Permitirá al exportador financiar el período comprendido
entre la expedición de las mercancías y el cobro de las mismas. Se
trata de un anticipo al cobro, donde el tipo de interés dependerá
del plazo de la operación y del riesgo que asuma el banco en la misma. El
plazo de financiación deberá estar en consonancia con el
aplazamiento del pago concedido por el exportador a su cliente, con un margen de
días lógico de demora en el cobro.
La instrumentación es la misma que para la financiación de
importaciones, mediante Póliza de Crédito y de Circulante, la póliza
es un instrumento muy flexible y con menor coste financiero que las líneas
tradicionales de anticipos de exportación, la empresa suele anticipar en
su base a la cuenta de crédito cualquier importe, de forma que va
disminuyendo la cantidad dispuesta y el coste de intereses a medida que va
recibiendo los cobros del exterior.
MEDIOS DE PAGO
En el caso de los cobros, existen unos riesgos a tener en cuenta: los
productos han de pasar los trámites aduaneros; en algunos países
existen limitaciones a la entrada o salida de divisas; si la transacción
tiene lugar en divisas, lleva implícito el riesgo de cambio; el riesgo de
impago obliga a menudo a acogerse a normativas internacionales o del país
del comprador. Estos riesgos, pueden ser eliminados o al menos reducidos,
mediante el uso de un adecuado medio de pago en función del cliente y del
país, contratando seguros de cambio u opciones en divisas, mediante el
uso de cuentas en divisas o de las operaciones netting y/o financiando
operaciones de comercio exterior, con o sin recurso. La transferencia de fondos
al exterior, puede realizarse a través de cualquiera de los medios de
pago existentes: cheque personal, bancario, transferencia, remesa simple o
documentaría, crédito documentario. Y la elección vendrá
determinada por la experiencia comercial entre los contratantes de la operación,
el medio de pago se irá flexibilizando a medida que la confianza entre el
comprador y el vendedor aumente. Así, a mayor confianza podremos utilizar
medios de pago menos seguros pero con menor coste.
CHEQUE PERSONAL
Será emitido por los titulares de cuentas corrientes cargo de la
entidad donde tienen depositados los fondos. Desde el punto de vista del
importador, tiene muchos atractivos, ya que evita tener que pagar las comisiones
bancarias de emisión de cheque, no se realiza el cargo en su cuenta hasta
que el cheque es presentado a través de la entidad, por lo que obtiene
financiación por parte del proveedor y obtiene una buena imagen ante las
entidades financieras, además en el momento en el que se habrán
recibido las mercancías ya se habrá podido observar su estado y aún
no se habrá producido el pago. Y todo lo anterior que suponía
ventajas para el importador, supone desventajas para el exportador, el cual no
tiene la seguridad de que el cliente le pague en la fecha acordada, en caso de
impago es muy difícil el cobro, si no existe cobertura, por lo que se
requiere un seguimiento y control periódico, otro inconveniente será
la pérdida de días valor, incluso por posibles extravíos
del cheque. Estos costes financieros para el exportador se pueden reducir,
abonando los cheques en una cuenta en divisas abierta en el país del
comprador, enviando los cheques por courier, o modificando el sistema de cobro
por el de transferencia vía swift.
CHEQUE BANCARIO
Donde la única diferencia con el personal es que el librado y el
librador coinciden, se tratará de la entidad financiera, la que emite el
cheque y atiende a su pago. Este instrumento de pago tiene una mayor aceptación
y seguridad que el cheque personal, ya que la garantía de pago es la de
un banco de primer orden, conocido internacionalmente. Al igual que ocurre con
los personales, la posición del importador es mucho más ventajosa,
aunque en el momento de la emisión o solicitud del cheque a la entidad, ésta
le adeuda de inmediato su contra valor en pesetas, más las comisiones y
gastos correspondientes. De todas formas, sigue teniendo el resto de las
desventajas del cheque personal, y para reducir los costes financieros que nos
ocasionaría sería conveniente seguir las anteriores indicaciones
para el cheque personal.
TRANSFERENCIA BANCARIA
Es el instrumento de pago más utilizado internacionalmente, además
de ser la vía más rápida que existe, y se supone una gran
confianza entre las partes. Estas operaciones se realizan vía swift y en
menor escala a través del telex. La diferencia sustancial entre el cheque
y la transferencia, está en que esta última, llega al beneficiario
a través de los circuitos bancarios y prácticamente, sin demora,
es abonada en la cuenta del beneficiario. El coste de las comisiones bancarias
suele ser menor, especialmente en el caso de los cobros, y ofrece mayor
seguridad a la entidad que otros medios de pago. Incluso para liquidar
transacciones de otros medios de pago, como son la Remesa Documentaría o
el Crédito Documentario, se utiliza esta forma de pago en el momento de
reembolsar el importe de la operación. La transferencia se lleva a cabo
cuando el ordenante remite los fondos con unos códigos establecidos y el
perceptor la recibe debidamente autentificada y lista para notificar a su
beneficiario. Como ocurre con los cheques, el exportador no tiene la seguridad
de recibir el pago, por lo que para que esta operación se realice con
rapidez y mayor seguridad, es necesario que el ordenante facilite todos los
datos del beneficiario, en especial los datos bancarios y su código
swift, el cual consta de ocho dígitos. También se reducirán
los costes financieros instruyendo al cliente para que el banco emisor realice
la orden de pago de forma correcta y a través de un banco corresponsal
con el cual el banco de la empresa exportadora tiene cuenta, o realizando los
cobros a través de una cuenta en el exterior. Para el importador, al
igual que ocurre con los cheques, este medio no le produce ningún
inconveniente, sólo que el pago con cheque personal le resulta más
económico, ya que debe pagar comisiones por la transferencia, aunque son
bajas comparadas con el resto de medios de pago que veremos a continuación.
De todas formas, puede agrupar los pagos e incluso fijar una fecha de pago (15
o 30 de cada mes), para reducir costes financieros.
REMESA SIMPLE O DOCUMENTARIA
Se utiliza cuando la situación económica del país es
buena, pero el vendedor quiere asegurarse el pago. La labor de los bancos se
centra en asegurar los envíos en descubierto a compradores poco conocidos
pero solventes, en países económicamente estables.
La remesa es una orden dada por el vendedor a su banco para que gestione el
cobro ante el comprador, contra entrega de los documentos emitidos. Existen dos
tipos de remesas, las simples y las documentarías, las primeras son
aquellas que comprenden uno o varios documentos financieros que no van acompañados
de documentos comerciales, mientras que las documentarias comprenden el envío
de documentos comerciales, acompañados o no de documentos financieros
(letra, pagaré...). Existe una regulación internacional que elaboró
la Cámara de Comercio Internacional en su publicación 522 "Reglas
uniformes para la gestión del cobro de documentos".
Una vez
envía la mercancía, el vendedor reúne los documentos
convenidos con el comprador y los envía a su banco con la orden de cobro.
Esta orden debe indicar claramente bajo qué condiciones deben entregarse
los documentos al comprador. El banco remitente transmite los documentos a un
corresponsal, situado en el país del comprador. En el caso de que los
documentos hayan sido remitidos contra aceptación, el banco encargado del
cobro devolverá la letra de cambio aceptada al banco remitente para que
se la entregue al vendedor, o que la conserve hasta el vencimiento, según
las instrucciones recibidas.
El exportador que utiliza este medio de
pago, conservará la propiedad de la mercancía hasta que el cliente
pague o acepte el efecto, y es el banco el que se encarga de la gestión
de cobro y de avisar a la empresa en caso de problemas; con todo ello tendrá
una mayor facilidad para obtener financiación de las entidades bancarias.
Pero, por otro lado, el exportador ha de correr con la financiación hasta
el momento del cobro, corriendo el riesgo de que la mercancía sea
rechazada, a lo que hay que añadir unos gastos de gestión elevados
(entre el 1 y 1'50% por operación), por lo que hay que dar instrucciones
muy claras a las entidades que intervienen en la gestión de cobro para
evitar demoras y gastos.
En el caso del importador, obtendrá
financiación del vendedor hasta la fecha de pago, por lo que no tendrá
necesidad de líneas financieras, podrá examinar las mercancías
antes del pago y además, le resultará más barato que el Crédito
Documentario, aunque más caro que los otros medios de pago. En el caso de
que el importador haya aceptado un efecto con instrucciones de protesto, estará
obligado al pago, aunque encuentre algún defecto en las mercancías
que recibió con posterioridad a la aceptación. La falta de pago
será perjudicial porque pondrá en alerta a las entidades que
intervienen en la gestión, sobre la seriedad o dificultades del
comprador. Para reducir los costes financieros, la empresa ha de rechazar explícitamente
los gastos en España, evitar el timbrado de efectos pagaderos a la vista
y a plazo que no contengan instrucciones de protesto, mediante su devolución,
antes de ser aceptados. Aunque lo que más le interesaría sería
la modificación de pago de remesa a transferencia.
CREDITO DOCUMENTARIO
Es el medio más útil y seguro, y a la vez más complejo
para aquellos compradores y vendedores que quieran asegurar su negociación
internacional, ya que garantiza de forma irrevocable el pago. Se trata de un
convenio por el cual el banco emisor a petición de un cliente y siguiendo
sus instrucciones, se obliga a efectuar un pago a un tercero o autoriza a otro
banco a efectuar dicho pago, aceptación o negociación, contra
presentación de los documentos dentro del plazo establecido, siempre que
se hayan cumplido todas las condiciones del crédito. El Crédito
Documentario está regulado internacionalmente en la publicación
500 de la Cámara de Comercio Internacional de París ("Reglas
y Usos Uniformes sobre Créditos Documentarios").
Por otra parte, la entidad emisora deberá estudiar el riesgo que le
supone la apertura de estas operaciones por cuenta de sus clientes, ya que si éstos
no hicieran frente a su compromiso, el banco emisor está obligado al pago
por el carácter de irrevocabilidad de estos créditos. Existen
diferentes créditos documentarios que podemos agrupar en cuatro grupos:
por el compromiso asumido, los bancos pueden asumir ante el beneficiario,
distintos grados de garantía (revocables, irrevocables, avisados,
confirmados...); por el lugar de utilización, los créditos pueden
ser pagaderos en las cajas del banco emisor, avisador o en un tercer banco; por
la forma de utilización, pueden ser contra pago, negociación o
diferidos; y créditos especiales, que son los que por sus características
difieren del resto (los rotativos, los back-to-back, standby, de cláusula
roja...).
Centrándonos en el exportador, podemos observar que a
nivel de riesgo, todo son ventajas con esta forma de pago, ya que tiene una
garantía irrevocable del banco emisor, e incluso del otro si el crédito
está confirmado. Con ello tendrá mayores facilidades para la
obtención de financiación y para que la operación sea
asegurada, además de que el control de la gestión de cobro sea a
cargo del banco avisador/confirmador. Pero por otro lado, el exportador debe
correr con la financiación de la operación aunque posea la garantía
del crédito, y a un coste de gestión excesivamente alto
(1'50%-2%), incluyendo un gran trabajo administrativo. Para reducir los costes,
hay que intentar que el cliente abra el crédito a través de una
entidad cuyo corresponsal en España sea el banco con el que el exportador
mantiene cuenta, se ha de informar claramente de las instrucciones y dejar claro
que las modificaciones imputables a errores o deficiencias del cliente o del
banco emisor, no deben de ir a cargo del exportador.
Respecto al
importador, este medio es el que menos le interesa, ya que lo único que
supone una ventaja son las mayores facilidades para obtener financiación
del proveedor en base a la garantía bancaria del Crédito
Documentario; por contra, deberá hacer frente al pago de altas comisiones
de apertura (0'8%-1'5%) y tendrá la seguridad de recibir los documentos
exigidos, pero no la de recibir la mercancía cuando ya habrá
incurrido en gastos. Podrá reducir los costes financieros, especificando
que los gastos fuera de España son por cuenta del beneficiario, exigiendo
plazos dilatados de pago, dada la garantía del crédito,
instrucciones de reembolso con aviso de tres días de antelación al
pago si es a la vista, además de utilizar la vía swift, y por último
exigir que el crédito sea pagadero en las cajas del banco emisor.
Con
todo lo anterior, podemos concluir que existe un amplio abanico de
posibilidades, y que cada empresa ha de analizarlas teniendo en cuenta su propia
situación, a fin de, como en el caso de un sastre, confeccionarse un
traje a medida. Cada situación es distinta para cada empresa, y existen
muchos condicionantes internos y externos que nos conducen a un modelo u otro,
pero en todo caso y sea cual sea la alternativa que escojamos, hemos de lograr,
reduciendo al máximo los costes financieros, alcanzar una buena
rentabilidad.
(*) Miembro del COEV Colegio de Economistas de
Valencia (COEV) Articulo cedido a TeleWork Spain para su difusión