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Contra el Paro y el Estrés, Teletrabajo

Más de cien mil españoles ya trabajan desde su casa con un ordenador y un teléfono

Por María Irazusta


Trabajar desde casa es una práctica que va en aumento. El intento de sacudirse y/o de evitar el paro y el hastío que provocan las formas de empleo tradicional son los principales motivos que empujan a los tradicionales asalariados a trabajar desde el propio hogar.

A las fórmulas básicas de asalariado y empresario, se les ha unido ahora una nueva: el teletrabajador. Más de 1,2 millones de europeos ya practican esta fórmula de empleo, de los que más de 100.000 son españoles.

En Estados Unidos, más de 10 millones de personas cultivan esta modalidad laboral. Se trata de una cifra que, según las previsiones, se alcanzará en Europa en tan sólo 4 años.

Sabiendo inglés.

Para algunos, el teletrabajo vendrá a solventar la escasez de empleo en España. Trabajando a distancia, desaparecen las barreras entre naciones.

Con sistemas adecuados de telecomunicaciones y conocimientos de inglés, hoy es posible acudir desde su casa y lo será aún más fácil en el futuro , a las empresas y a los países donde exista oferta de trabajo.

Entre tanto, el trabajo a distancia pasa por ser hoy un gran desconocido para la gran mayoría de la población.

¿Qué es teletrabajo?

Por teletrabajo, o trabajo a distancia, se entiende toda actividad profesional ó desarrollada en cualquier momento y lugar independiente del emplazamiento común del trabajo. Estas ocupaciones se caracterizan por el uso más o menos intensivo de las telecomunicaciones y de las tecnologías de la información (desde la utilización de un simple teléfono hasta el Internet).

Existen diversas definiciones :

Telecommuting: Trabajar desde casa o desde un centro tecnológico cercano a casa, y como objetivo primordial es el no desplazarse físicamente, sino que sea la información la que se desplace para de este modo ahorrar energía , contaminar menos, tener mayor libertad de horarios, disminuir el stress, etc....

Flexwork: Es una modalidad de trabajo que consiste (según algunos autores) en disponer las empresas que sus trabajadores durante algún día de la semana trabajen en su casa y el resto en la oficina.

Mobile Work: Como su nombre indica es el trabajo que por motivos de empresa el trabajador debe estar viajando y por tanto su trabajo debe realizarse en diferentes lugares, ya bien sea por medios informaticos o por otros procedimientos.

Work-at-home: Esta modalidad de trabajo es ejecutar todas las tareas del trabajo desde el propio domicilio.

Telecottage (Telecentros): Son lugares, oficinas, especialmente diseñadas para dar servicio a varios teletrabajadores y que normalmente se suponen que están situados cerca de los lugares de residencia de los mismos. Estos Telecentros deben disponer de los avances tecnológicos adecuados a la labor que desempeñen sus ocupantes.

Groupware: Hay autores que lo definen como el trabajo que se realiza en los telecentros en los que se comparte la infraestructura.

Dónde se realiza.

La elección más extendida en España , para el desarrollo del trabajo es el propio domicilio del teletrabajador. No obstante, también hay quien se decide por establecerse en una oficina independiente o compartirla con otras personas , pero siempre ubicada fuera del centro laboral del que se depende. Se trata de una especie de oficina flotante, en la que un grupo de teletrabajadores comparten gastos (ellos o su empresa). Este lugar siempre estará situado cerca del lugar de domicilio de los interesados.

Para quién está indicado.

Existe un buen número de actividades que pueden desarrollarse a través del teletrabajo. Asesoría fiscal, laboral, jurídica, trabajos de secretaría, contabilidad, traducción, mecanografía, consultoría especializada, arquitectura, ingeniería, edición, enseñanza, promociones y venta de productos telefónicos, marketing, estudios de mercados, vigilancia de bosques y medio ambiente, realización de trámites, investigación , seguimiento de valores bursátiles, diseño gráfico, etcétera, son algunas de las posibilidades.

Como es obvio, otras profesiones, como los albañiles, los mineros, los electricistas o los fontaneros no tienen posibilidad alguna de acogerse a esta modalidad de trabajo. (Si bien es cierto que en determinados aspectos podrían hacer uso intensivo de este medio , ya que por ejemplo podrían participar en una red para obtener suministros a precios competitivos e incluso fomentar a través de alguna BBS la contratación de servicios personales)


Ventajas.


Son muchas, pero cada cual debe valorarlas según sus propias circunstancias. Las hay para el teletrabajador, para las empresa y para el resto de los ciudadanos.

Para el trabajador.

Es posible disponer de más tiempo libre, ya que el número de desplazamientos disminuye con respecto a un empleado que acude diariamente a su oficina.

Mayor flexibilidad de horario.

Disminución del estrés. Nadie controlará directamente cada paso de su actividad. De otro lado, el entorno le será más agradable y cómodo.

Es posible desgravar en la declaración de la renta parte de los gastos que se originan en su domicilio. Luz, teléfono, alquiler y otros pueden deducirse en el caso de ser autónomo.

Para la empresa.

Si cuenta con un buen número de teletrabajadores, necesitará destinar menos espacio a oficinas, por lo que ahorrará costes.

Aumento de la productividad.

También recortará sus gastos de teléfono, luz, etc., aunque deberá subvencionar los gastos de su trabajador a distancia.

En algunos casos, si quien le presta sus servicios no lo hace sólo para su empresa, puede ahorrarse los costes de la Seguridad Social y otros.

Para el resto de la sociedad.

Si el número de teletrabajadores fuera importante, algunos problemas (como el tráfico) podrían resolverse parcialmente.

Disminuiría la contaminación de los grandes núcleos urbanos, donde se ubican la mayoría de los profesionales que podrían dedicarse al teletrabajo.

El estrés social también sería menor.


Inconvenientes.


Para el trabajador.

No todos los colectivos ven con buenos ojos este sistema que podría acabar con las conquistas sociales de los trabajadores.

En el caso de que el espacio de trabajo no se encuentre bien diferenciado del resto de la casa, puede perturbar al trabajador.

Para la empresa.

No tener plena disposición de sus teletrabajadores, ya que éstos, muchas veces, prestan sus servicios a otras compañías competidoras.


¿Cuánto cuesta?


Las necesidades de todos los teletrabajadores no son las mismas. Depende de la actividad que desarrollen y de sus posibilidades. Por ello el precio de un equipo de trabajo es muy variable.

También influye la calidad y el grado de sofisticación de los distintos componentes. En el caso de que usted opte por el sistema más básico, que es el de enviar su trabajo a través de un mensajero o por correo, sólo necesitará una línea telefónica y un PC con un programa básico, que puede encontrarlo en el mercado de segunda mano por 60.000 pesetas, aproximadamente (nuevo, por 100.000). Si precisa de un fax puede comprarlo por 44.000 pesetas (utiliza papel fotosensible). El mercado ofrece impresoras de chorro de tinta a color por cerca de 30.000 pesetas.

Pero si lo que precisa es tener comunicación directa con una o varias empresas, necesitará para su PC un programa de comunicaciones (algunos son gratis), y un módem que se encarga de trasladar su trabajo y deberá conectarlo con el centro de destino. Conviene que la velocidad del módem no sea inferior a 14.400 baudios/sg, aunque los hay más potentes, por un precio de menos de 20.000 pesetas.

También existe otra posibilidad, que es la de conectarse a la Red Digital de Servicios Integrados (RDSI) de Telefónica, por la que podrá enviar y recibir, mediante un terminal telefónico conectado a un ordenador, voz, datos, texto e imagen a través de una misma línea. El acceso básico a este servicio cuesta 37.840 pesetas como cuota inicial y una mensualidad de 6.300 pesetas.

Otra posibilidad es la de adherirse a la red Internet, que además de ofrecer la opción del correo (en este caso electrónico) con otros usuarios, sirve también para conectarse con empresas extranjeras a las que pedir o dar trabajo. Igualmente, es posible obtener e intercambiar información con otros cibernautas, y entrar en la Biblioteca Nacional (por ejemplo).

Por una cuota mensual de 4.000 pesetas, algunas empresas facilitan acceso sin limitaciones. El precio de la llamada, aunque se comunique con el extranjero, es la tarifa urbana, gracias a la reciente puesta en marcha del sistema de Infovía.

En definitiva, por 60.000 pesetas se puede instalar una oficina básica, que en casos más sofisticados, con módem y enganchados a Internet, se pueden elevar hasta las 200.000 pesetas.

Fiscalidad.

Hay dos posibilidades para quienes desean tener sus cuentas claras con el fisco. En el caso de que usted siga como empleado de la empresa, sus obligaciones serán las mismas que las de cualquier trabajador. Por el contrario, si usted no forma parte de una plantilla, tendrá que hacerse autónomo. Usted pasará a ser un profesional independiente. Deberá pagar - dependiendo de sus circunstancias - alrededor de 28.000 pesetas mensuales por Seguridad Social. (Hay algunas Empresas de Trabajo Temporal que ofrecen que en el caso de que usted sólo trabaje a tiempo parcial tendrá la posibilidad de prorratear el pago por este concepto, con un coste de unas 7.000 pesetas al mes).

También tendrá que acudir a Hacienda y darse de alta en el Impuesto de actividades Económicas (I.A.E.). Este trámite es gratuito, pero usted deberá pagar cada ejercicio, según su actividad, entre 40.000 y 140.000 pesetas al año .También deberá darse de alta en el censo del IVA. Cada tres meses tendrá que presentar una declaración de IVA y un pago fraccionado a cuenta del IRPF. Por esto último pagará, en el régimen general, un 20% sobre la diferencia entre los ingresos de su actividad y sus gastos.

Ejemplos prácticos.

El caso de Ana Cañas (ilustradora, infografista y pintora) es significativo. Hace apenas un mes y medio dio luz a su hijo Alejandro. No ha tenido que renunciar a su trabajo para hacer de madre. Su decisión fue forzosa, ya que sufrió el recorte de plantilla de la empresa para la que trabajaba. Hoy se alegra de su situación y asegura que sus ingresos han aumentado en 200.000 pesetas mensuales. Ha rechazado ofertas en empresas que le ofrecían un sueldo fijo, aunque muchas veces echa de menos trabajar en equipo.

Esta información se ha elaborado sobre datos proporcionados por: Bufete Armero, Asociación Española del Teletrabajo, Telefónica, Bit Mailer, Goya Servicios Telemáticos, Microsoft y expertos del sector de teletrabajo.


El Mejor Teletrabajador


El espacio.

Debe estar diferenciado del resto de la casa. Conviene disponer de un despacho que posea las características de centro de trabajo. Tener las cosas mezcladas (las cacerolas con las facturas o las lechugas con los CD-ROM) puede complicarlo todo.

La imagen. ¿Quién responde al teléfono?

Si en la casa viven varias personas que no terminan de enterarse de que esa vivienda también es una oficina, lo mejor es que el teletrabajador tenga su propio número de teléfono y se ocupe de recibir las llamadas.

Los horarios.

En este sentido, el teletrabajo presenta dos riesgos: una la tentación de trabajar poco, de levantarse tarde y de no encender nunca el ordenador, y el otro riesgo es lo contrario, que es pasarse.

El atuendo personal.

Conviene darle un aire de seriedad al propio trabajo y evitar prendas como, por ejemplo, el pijama. La razón es sencilla: cuanto más definidos estén los espacios, más sencillo será ubicarse y situarse en las tareas a realizar.

Saber negociar.

La posición del teletrabajador es muy frágil: en cualquier momento la empresa puede prescindir de él. Existen contratos por proyectos, hay tarifas determinadas y colegios profesionales a los que recurrir.

Subcontratar servicios.

Estar en contacto con servicios que están a la medida de uno mismo: mensajeros, secretarias teletrabajadoras, diseñadores, gestores que asesoren con las obligaciones fiscales o con contratos que sean atípicos etc.


Información: Elena Rubio, consultora de empresas


La Voz de la Experiencia: <<Las tecnologías son como aprender a nadar>>

Fernando de Elzaburu, escritor, conferenciante, teletrabajador y experto en telecomunicaciones


En su domicilio de la madrileña calle de Velázquez, Fernando de Elzaburu posee un completo laboratorio de integración de tecnologías de la información. Este hombre de 69 años lleva más de 25 practicando el teletrabajo. Asegura que nunca pasará a engrosar la lista de los jubilados, pese a que su estado físico no es todo lo saludable que su aspecto se esfuerza en contradecir.

Una operación a corazón abierto, aún sin cicatrizar, le invita a confirmar sus teorías: <<También en caso de enfermedad, el teletrabajo resulta muy beneficioso>>. Defensor a ultranza de esta fórmula, busca en las nuevas tecnologías parte de las soluciones a los problemas del paro. Se considera pluriempleado (trabaja para un nutrido número de empresas) y pluriempleador (contrata trabajo). Es un hombre con buena formación general e ideas anticipadoras. Presentó en España a Bill Gates, el genio de la informática y propietario del imperio Microsoft.

¿Cuándo y cómo se inició en el sector de las telecomunicaciones?

- Hace ya muchos años. Estando en mi cortijo, me di cuenta de que estaba incomunicado y de que no podía llamar a la policía, ni al médico. Poco después hice que mis trabajadores siempre estuvieran comunicados. Traje el teleproceso agrario. Una persona incomunicada no puede vivir como persona.

¿Qué significado tiene para usted el teletrabajo?, ¿Cree que resolverá los problemas de desempleo?

- No creo que sea la panacea que resuelva todos los problemas, pero resulta una forma impresionante de ensanchar el empleo que están desaprovechando los políticos. Desgraciadamente lo hacen por ignorancia, ya que en ningún caso puedo pensar en que lo hagan de mala fe. El teletrabajo puede ayudar a que surjan nuevas ocupaciones, como consecuencia del acelerado e impresionante cambio tecnológico.

¿ Cuáles son sus recomendaciones para quien esté interesado en trabajar desde casa y en las nuevas tecnologías?

- Las tecnologías son como aprender a nadar: hasta que no te lanzas al agua, no sabes. No existen reglas fijas. Cada uno debe buscar el ambiente para su propio tipo de trabajo.


FuenteDiario El Mundo

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